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Abdoulaye es un querido amigo senegalés. Un hombre bueno que llegó a Zaragoza a trabajar durante la Expo y que se integró en nuestra sociedad demostrando un alto grado de compromiso y solidaridad. Sensible a los problemas de sus compatriotas y de los demás inmigrantes, no en vano colabora con la Red de los Sin Papeles, pero también con las inquietudes de los ciudadanos de su ciudad de acogida. Recientemente, fue uno de los miembros de la comitiva de la Marcha de Bruselas que anduvo 1700 Kms, desde Zaragoza a Bruselas, para llevar al Parlamento Europeo las reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras españolas contra la reforma laboral y por el reparto del trabajo y la riqueza. Ahora, debido a la aséptica lógica de la burocracia judicial, resulta que su situación es irregular y puede ser expulsado del país. Abdoulaye sonríe, él siempre sonríe, y nos agradece nuestra preocupación. Es un buen tipo de los que no abundan en el planeta. Un regalo que nos ha hecho Senegal al que no estamos dispuestos a renunciar por unas leyes injustas. A pesar de seguir siendo tan negro como una noche oscura, o a lo mejor por ello, se ha convertido en un blanco perfecto. Ël, como todos los hermanos y hermanas que han venido de otras tierras, están en el punto de mira del discurso xenófobo que emplean los prestidigitadores del odio. Políticos cuyo programa se basa únicamente en canalizar la frustración de las masas irreflexivas hacia la xenofobia. Prácticas fascistas que resultan rentables electoralmente y que dejan satisfecho al capital. Mientras descarguemos nuestra ira contra los que están mucho más "chingados" que nosotros, no repararemos en ellos y en sus culpables tejemanejes. Pero quiero que sepan que, los que nos consideramos hombres y mujeres libres, pensamos rebelarnos. Que vamos a poner todo nuestro empeño en desbaratar sus planes. Porque no le corresponde a Abdoulaye, ni a ningún otro inmigrante, pagar la factura de esta crisis. Los responsables son los que ahora se apoyan en este tipo de políticas para distraer la atención del respetable sobre la auténtica autoría del crimen. Esos son los únicos que nos sobran.
Publicado en El Periódico de Aragón
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