FRIENDS HASTA LA MUERTE
Aznar vuelve a dejarnos ver ondear su melena. Y una vez pasado el sustito de los asesinatos de los activistas de la flotilla de la Libertad, sale de debajo de la cama donde se escondió y se vuelve a embarcar en la causa que más practica: seguirle el rollo a los poderosos. Su campaña "friends para Israel" pretende captar a personajes y políticos relevantes. La pensaba presentar el día 31 de mayo pero, ¡claro!, sucedió ese enojoso asunto y los muertos le fastidiaron el evento. No convenía, con la opinión pública hipersensibilizada, hacer proselitismo de los criminales. Como sabe, y de eso se aprovecha, que la desmemoria social es casi inmediata, no ha tardado mucho en volver a la carga. No le frena el hecho de que, por primera vez en su historia, el estado de Israel haya reconocido que utilizó fósforo blanco contra la población civil. Todo vale para defenderse del antisemitismo ramplante. Porque a ellos, sus friends, les conviene dar ese matiz antisemita a los opositores a la política del gobierno israelí hacia el pueblo palestino. Pues mira, yo no soy antisemita, pienso que todas las razas y culturas acabamos igualándonos en nuestra propia estupidez como especie, pero nunca podría ser amiga de quienes ejercen la supremacía militar sobre la población civil y califican eso de "defensa propia". Y creo que, cualquier persona que aspire a ser decente, tampoco querrá estrechar esa mano manchada con la sangre de mujeres, hombres, ancianos y niños palestinos. Su legítima defensa se ha convertido en un arma implacable y paranoica capaz de justificar un exterminio. No son nuestros aliados en una zona conflictiva como dice Aznar, son una factoría de terroristas. Porque de su abuso surge la desesperación de los oprimidos y resulta casi una secuencia lógica que eso derive en el fanatismo de los mártires y la guerra santa. Aznar se ha echado unos amigos de muerte y ahora busca ampliar la cuchipandi. Veremos quien más se apunta a esta peña de amistades peligrosas.
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