A MÁS GENTE, MÁS POBREZA
El asesor medioambiental del Gobierno británico que preside la Comisión para un Desarrollo Sostenible, Jonathon Porritt, ha calificado de irresponsables a las parejas que se plantean tener más de dos hijos. Lo que parece una intromisión en una decisión tan íntima y personal de cada uno adquiere otra lectura si explicamos que lo decía desde el punto de vista de la conservación del planeta. Es una declaración arriesgada en cuanto a la polémica social e incluso religiosa que genera, pero, en mi opinión, es verdad. Una verdad que los movimientos ecologistas no se atreven a abordar con valentía.
No se trata de imponer ninguna política del hijo único, ni de recortar las libertades de nadie, sino de educar y convencer. La explosión demográfica supone, por sí misma, la mayor amenaza para nuestra supervivencia. Nuestra especie, gracias a la evolución, ha burlado la selección natural que moderaba nuestro crecimiento. Ahora, con un medio esquilmado, unos recursos naturales a punto de agotarse y un modelo de injusticia social que se ceba con las familias más pobres y numerosas, la población del planeta continúa aumentando de un modo alarmante.
Con todos mis respetos y sin querer minar la libertad de nadie, ¿no les parece que resulta un poco irresponsable traer tantas criaturas a este mundo? Como irresponsable es la política de natalidad promovida por la Iglesia católica y el Foro de la Familia español. Su campaña contra la anticoncepción contribuye a que, en gran parte del Tercer Mundo, muchas familias no puedan dejar atrás la pobreza debido al excesivo número de hijos.
Publicado en diario Público el 4 de febrero del 2009
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