APUESTAS TEMERARIAS (saga GS) 18-o6-08

 

El proyecto Gran Scala en Aragón se resiste a recibir cristiana sepultura a pesar de estar herido mortalmente.

El último de sus patéticos ’estertores’ ha sido protagonizado por esos promotores de la idea, los representantes de la ILD, que nos han deleitado con tantas crónicas jugosas sobre su turbulento pasado empresarial.

Ahora es una opción de compra de suelos que más parece un tratado sobre ’Como invirtiendo el mínimo posible me aseguro de que, aunque el negocio no cuaje, la banca (o sea ellos mismos) nunca pierde.’
Magistral es la cláusula que dice que a cambio de un 5% del valor de los terrenos, los vendedores se comprometen a devolver estos anticipos en tres supuestos. Pero si los dos primeros son curiosos (La imposibilidad de obtener la titularidad de tierras necesaria o que existieran condicionantes físicos que impidieran el desarrollo del proyecto), el tercero me parece particularmente indignante: Exigen que las leyes se adapten a las necesidades del complejo. Establecen en un contrato mercantil entre particulares, condicionar el que estos propietarios obtengan lo prometido, y no tengan que devolver nada, a que el Gobierno de Aragón adapte la normativa a la conveniencia de su jugoso negocio.
Como yo lo entiendo, ejercen un descarado chantaje sobre las instituciones de nuestra tierra a cambio de la promesa de un ’Dorado’ que no acaba nunca de cuajar.
Si yo fuera uno de los posibles vendedores de la tierra, me plantearía seriamente si merece la pena apostar por esta gente que tanto sabe de hacer trampas. Lo digo, claro, porque su negocio (ese cacareado Las Vegas monegrino) tiene mucho que ver con las apuestas y las ilusiones rotas de la gente

 

 Publicado en QUÉ!  18 de junio de 2008