PARA JAVIER (pequeño homenaje al desaparecido Javier Ortiz)
Cuando supe de tu muerte, la rabia clavó otra vez su mellada dentadura en el centro de mis mejores intenciones. La Parca no entiende de necesidades o querencias y blande su aleatoria guadaña sin vacilar en arrancarnos a jirones el alma. Ahora nos ha robado otro poeta, otro soldado que la esperaba con los ojos abiertos y una sonrisa entre franca y socarrona. !Por fin eres libre! Y para nosotros amanece un día bajo tierra, con un olor helado como de violetas marchitas por la ausencia de tu voz y tu palabra. No podrá con tu verbo el sueño eterno. Tanta pasión y tanta vida no se apagan por la obstinada decisión de hacerte el muerto. Nos queda mucho trabajo por hacer y tu deserción aprieta como un lazo en la garganta que estrangula en el aire la esperanza. Pero lejos de revolcarme en la cenagosa charca del lamento, quiero celebrar tu vida. Quiero besar la memoria de tus manos que empuñaron valerosas verdades y manojos de cómplices sonrisas. Y seguir humildemente ese camino, salpicado de amarillos pensamientos que golpean como puños en el corazón de los que, al contrario que tú, hemos nacido con telarañas en los ojos. Que la tierra te sea leve compañero.
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