VIENTOS DEL PUEBLO
Hoy no puedo evitar sentir una alegría sísmica que agita mi corazón abotargado por una noche demasiado larga, demasiado oscura, que no permitía resquicios para la esperanza. Todo está por hacer. Podemos. Pero no podemos solos. Las urnas han hablado y las izquierdas han logrado desbancar a esa derechaza turbia y absolutista que gobernaba España como su cortijo.
Ahora estamos obligados a entendernos porque así lo han querido los votantes. A combinar las distintas sensibilidades de la izquierda para conformar un frente plural que represente a este pueblo, tantas veces humillado, y que le otorgue la voz y la palabra (al contrario de los que querían imponernos la mordaza).
Al final resultó que no somos un pueblo de bueyes que agacha la cabeza en espera de otra lluvia de palos. También podemos ser leonas y sacar las garras cuando sentimos amenazada la manada.
Madrid y Barcelona están ganadas por el entusiasmo de la gente humilde que no resigna al yugo y al bocado. En Aragón, Luisa Fernanda ya está haciendo las maletas. Esperemos que no se deje la polilla que acumuló dentro del armario, siempre cerrado a cal y canto, durante su mandato. ¡Que alguien abra las ventanas del Pignatelli para que el sol inunde ese oscuro antro! Para que un viento del pueblo barra toda la caspa que se amontona en sus despachos. La Rudi se va. En realidad nunca estuvo. Gobernar esta tierra fue un tedioso trámite en su carrera que ejecutó con la distancia de quien siente aprensión por el populacho. La inmensa mayoría de los aragoneses no la añoraremos. Y si alguien tuviera una punzada de morriña que recuerde que Luisa Fernanda es responsable del nombramiento del consejero de sanidad Ricardo Oliván. El azote (aunque podíamos suprimir la a) de la sanidad pública aragonesa . O que recuerden también que durante el gobierno de Rudi la educación en Aragón sufrió un varapalo tras otro gracias a la gestión de Dolores Serrat. Otra consejera que actuaba como un doble agente trabajando a favor de intereses privados mientras representaba los públicos. Un clásico del género pepero.
Me acusan de no ser parcial en lo que escribo. No andan errados. Es verdad que mi estilo pertenece al género panfletario. Pero hay dos motivos para hacerlo:
El primero, que ya existen demasiados coros que entonan un discurso moderado pese a la indecencia y la falta de sensibilidad con que se ha gobernado a este pueblo.
El segundo es que me sale de las tripas. Que la necesidad de libertad y justicia mordisquea mis entrañas como una rata voraz y he de darle salida.
Pero hoy mi bestia interna ronronea como un tierno gatito. Aguirre pierde la alcaldía de Madrid, Luisa Fernanda se retira a alguna remota torre de marfil... hay días que hasta el más ateo puede creer que dios existe. O al menos, algún tipo de justicia universal o poética que ponga a los villanos en su sitio.
Ya me disculparán los cenizos habituales mi alegría. Y para celebrarla, aquí les dejó unos versos de mi poeta de cabecera. Dedicados desde lo más profundo de mis tripas. Un pequeño homenaje a los que han sido desahuciados por las urnas. Va por todos ustedes, sin rencores:
"Fuera, fuera, ladrones de naciones,
guardianes de la cúpula banquera,
cluecas del capital y sus doblones:
Fuera, fuera...
Jornaleros: España, loma a loma,
es de gañanes, pobres y braceros.
No permitáis que el rico se la coma, jornaleros"
(Miguel Hernández)
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