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kuentoschinos

¿SOMOS IDIOTAS?

¿SOMOS IDIOTAS? Hace 33 años, un 23 de febrero, las heridas mal curadas de este pueblo supuraron su odio tiroteando los techos del Congreso de los diputados. La España intolerante, la que sustituye el sable por el diálogo, la que se erige en salvadora de la patria aún a costa de sacrificar a sus compatriotas, se puso un tricornio por montera para intentar asesinar la recién nacida democracia. Aparentemente, el golpe fracasó. Pero la criatura democrática creció con el miedo a que ese lobo feroz volviera tarde o temprano a devorarla. Se nos quedó canija y cobardica. El miedo debe ser el origen de la desmemoria histórica que ha permitido que notables alimañas del fascismo y organizaciones con antecedentes criminales como Falange pululen como perico por su casa por nuestra democracia. Somos así de generosos con los liberticidas. Tanto, que a veces incluso les proporcionamos una mayoría absoluta en las urnas para que salven la patria "a su manera". La suya, la privatizada, va de perlas. No solo se salvan de todas las trapacerías que les salpican sino que regatean como Messi el descontento ciudadano. Las estadísticas dicen que perderían votos pero que volverían a ser reelegidos. Pese a la Reforma Laboral, el desempleo pertinaz, las políticas anti-sociales de recortes y privatizaciones, las leyes restrictivas de las libertades ciudadanas e individuales, el descarado apoyo a la banca y a los poderosos en detrimento de los más débiles y desamparados. Pese a la ineficacia, el cinismo y el desprecio con el que nos tratan. Al aluvión de basura corrupta que supuran y del que salen impunes la mayoría. A pesar de todo ello, muchos españoles, algunos trabajadores o parados, les votarían. Es entonces cuando sospecho que, tal vez, no fracasaran del todo los golpistas. De alguna manera se inoculó en este pueblo la querencia al yugo y al maltrato. Si no, no se entiende. ¿Por qué les votan, si nos odian? Igual es que, además de tener mal la memoria, somos simplemente idiotas.

1 comentario

Maribel -

Me ha gustado el artículo.
El sueño de la razón produce monstruos. Los monstruos somos nosotros. Los que les votan, claro.