PENSAR A LO GRANDE
Como esto es una guerra, o al menos yo lo veo así, en la que yo formo parte de los que llevan todas las papeletas de perder, me rebelo ante la idea de asumir la fatalidad. La huelga de empleados públicos ha demostrado que el instrumento más poderoso con el que contábamos los trabajadores ha sido regulado por el sistema hasta convertirlo en algo inócuo. Mientras al capitalismo, tras décadas de asentamiento y expansión, le ha ido dado tiempo de desactivar el riesgo de su carga, nosotros nos hemos quedado enrocados en las mismas medidas de presión. Debemos explorar otras posibilidades. Vivimos tiempos que exigen un esfuerzo imaginativo para poder organizar la resistencia a la antropofágia de los mercados. La ofensiva ess global contra todos los que no petenecen a la élite de los privilegiados. Y global debe ser la resistencia. La filosofía neoliberal nos enfrenta a todos contra todos para desviar la atención de la autoría de sus crímenes. Ha demostrado que utiliza la guerra real, no solo la financiera, para saciar su hambruna. El petróleo en Irak o el coltán en El Congo han sido motivo suficiente para justificar la matanza colectiva de la población civil de estos países. Con total impunidad. Bussines es bussines. Resulta imprescindible que empleemos estrategias diferentes para defendernos de la voracidad del monstruo. Y la solidaridad internacional debe ser la premisa. Reunamos las fuerzas y la imaginación para poder frenar la mayor ofensiva contra el género humano perpetrada por su propia especie. Somos más, pero ahora lo que nos toca es ser más inteligentes. Pensar a lo grande.
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Anónimo -