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MALA HIERBA

MALA HIERBA

Como brotes malditos de maleza insurrecta, algunos trabajadores se obstinan en desafiar al patrón pese a que ya están avisados de las consecuencias. Para algunas empresas, acostumbradas a medrar a fuerza de explotar todo aquello que se mueve sin que nadia ni nadie oponga demasiada resistencia, son como la mala hierba. No van a consentir ese insolente alarde de dignidad obrera. Esa naturaleza libre podría contaminar su cosecha de empleados transgénicos, dóciles y amedrentados. Lo más granado del lúmpen empresarial, imbuidos de licencia para el latrocinio y la extorsión por la recién estrenada reforma laboral, no van a dudar en aplicar sus disuasorios argumentos sobre el mínimo atisbo de insurrección. Despedir está tirado. Les sale casi de gratis extirpar ese molesto gérmen. Un ejemplo, entre los abusos que se están dando y se darán contra nuestros más elementales derechos, es el despido de un joven empleado de Telepizza en Zaragoza. Esta multinacional se distingue por sus miserables salarios y las precarias condiciones laborales que impone a sus plantillas. Antes de la Huelga General, esta democrática empresa, puso en marcha un potente dispositivo anti-sindical para que "convenciera" al personal de que no le convenía meterse en jaleos pancarteros ni reivindicatorios. Sin embargo, rompiendo con la tácita asunción del yugo por la mayoría, en una de sus tiendas, el 50% de sus empleados se adhirieron a la Huelga. Como no podían tolerar que cundiera la osadía, decidieron dar un castigo ejemplarizante y despedir ipso-facto a uno de los revoltosos. Hay que arrancar la mala hierba de la agitación proletaria. Una vez saneado su plantel de enmarañados sindicalismos y otras zarandajas, los beneficios se multiplican exponencialmente.  El truco está en no repartir con justicia su riqueza entre los que le han ayudado a crearla y deshacerse de los insumisos. Vamos, lo que venía a ser la esclavitud tradicionalmente. ¿Para qué sirvió la lucha del llorado Camacho y tantos otros por nuestros derechos y orgullo de clase? ¿Vamos a permitir que exterminen impunemente la semilla sindical?

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