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Y SIN EMBARGO, SE MUEVE

Y SIN EMBARGO, SE MUEVE

No parece demostrado que Galileo dijese estas palabras después de las torturas y humillaciones que sufrió por parte de la Inquisición !A ver quien tenía bemoles! Pero, ¿ qué hubiera pasado de haberse celebrado su juicio en estos días y en un país democrático europeo? ¿Hubieran estado garantizados los derechos humanos y de libertad de expresión? Para responder a esta cuestión me remito al caso de los activistas de Greenpeace presos en Dinamarca. Su obstinación en enfrentarse a los poderosos, como lo hizo el astrónomo en su momento, con una verdad incómoda que se empecinan en negar, han convertido a Juantxo y sus compañeros en reos de conciencia. En la refinada y moderna Copenhague, la sangre de los activistas salpicó de escándalo y vergüenza el inmaculado manto de la nieve. !Retractaos pecadores!, parecía decir la politi danesa mientras sacaba a pasear la porra y el gas de pimienta con la misma alegría que el Santo Oficio, prendía hogueras o estimulaba el crecimiento de los herejes en el potro de tortura. Esos jóvenes comprometidos, solidarios y movilizados que acudieron a la Cumbre y fueron tratados como escoria, representan la mayor esperanza para el planeta. Son el mejor activo en medio de la confusión del tiempo que nos ha tocado vivir. Perseguirlos y encarcelarlos, negarles sus derechos fundamentales y equiparar sus acciones con actos terroristas es parte de una estrategia represora. La desacreditación del movimiento ecologista es el objetivo fundamental de los grandes lobbys financieros. Se oponen a sus intereses, a la brutal codicia de aquellos cuya filosofía es: "después de mí, que venga el fin del mundo". Juantxo y los demás están presos porque mantienen el mayor anatema actual: La urgencia que tiene el ser humano en tomar decisiones para ralentizar el cambio climático. El precio que quieren hacerles pagar es la desesperada dentellada de las alimañas que no están dispuestas a dejar de seguir exprimiendo las ubres de nuestra maltrecha naturaleza.

Pero sin embargo la verdad, como el planeta tierra, se sigue moviendo.

Publicado en Público el 5 de enero del 2010

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