!Chufla, chufla...!

Siempre he huido de los tópicos regionalistas. Ya saben: aquello del catalán tacaño, el madrileño chulo o el aragonés cabezón. No obstante, la actitud del Gobierno de Aragón en cuanto a su aportación a la lucha contra el cambio climático, me lleva a replantearme este tema. La DGA quebranta sus propios compromisos y, mientras en septiembre firma una declaración de buenas intenciones, sigue fomentando una política que incrementará en 9 millones de toneladas al año las emisiones de CO2.

  Independientemente del cinismo al que ya nos tienen acostumbrados los habitantes del Pignatelli, lo que más me irrita de esta cuestión es la terquedad con la que los jerarcas parecen dispuestos a reincidir en sus errores. Me recuerda a aquel chiste del baturrro que camina con su borrico por la vía y, cuando escucha el pitido del tren previniéndole de su llegada, dice aquello de: !Chufla, chufla, que como no te apartes tú!.

   Pues la política medioambiental aragonesa camina por la misma vía de ferrocarril pero, quién "chufla" avisándonos con un estruendo que se escucha en surround, es el calentamiento del planeta. Y la tozuda respuesta de nuestro Gobierno consiste en convertir Aragón en un territorio especializado en la producción eléctrica, fundamentándolo en el gas, el carbón y en seguir produciendo cemento. Amén de otros disparatados proyectos que afortunadamente no pasan de ser espejismos, como Gran Scala, cuyo grado de insostenibilidad mediambiental podría considerarse directamente como un corte de mangas a la lucha contra el cambio climático. 

  Y aunque nunca me han contado cómo acaba el chiste del baturro, yo creo que todos podemos hacernos una idea. ¿A que resulta inquietante que tanta cerrazón pueda acabar por arrollar nuestro futuro?

Publicado en el Diario del Alto Aragón el 22 de noviembre del 2009 y en El Periódico de Aragón el día 26